martes, 3 de enero de 2017

Sueño cada dos o tres años.

Creo que nunca he comentado que estuve en Dean Funes. Pasé unos días maravillosos siendo transferida de mi novio a la familia de la mujer de su hermano. Nunca he hablado de Astrid y Charlie. Y se merecen un aparte. Me acogieron con tanto amor, salimos a pasear en camioneta con sus maravillosos hijos. Ramiro era el pequeño, las chicas, tan buenas, por qué no hice fotos. Me explicaron sus siembras, descubrimos un hotel perdido en el monte, La luna, creo, algo lunar, qué exquisitos fueron. No sé cómo llegué allí, pero puede que en autobús. Cerca había un convento cartujano. Cuántos días estuve con esa familia, no sé nada. Sólo que me quisieron y yo los quiero y no hay manera de que lo sepan.
Nunca he hablado de Silvia y Ernesto y cómo me venían a buscar para pasear y me proponían visitas culturales que sabían que me iban a gustar. Quizá no tenían ganas ningunas, pero siempre eran amables y dispuestos a pasear. Silvia hacía alguna comida buena que me gustaba cuando iba a su casa. Me acabo de acordar de la mesa del comedor dispuesta para tanta gente. Y probábamos su gazpacho y nos reíamos. Me sentaba en ese sofá pequeño donde detrás suena el teléfono y alguien se va, urgencia, y leía los libros que Silvia y Ernesto ponían en mis manos.
No sé si he mencionado a Natalia. Organizó un viaje increíble al norte. Nunca le di nada que estuviera a la altura de lo buena que fue conmigo. Vi cómo su historia se derrumbaba y no estuve ahí. Ella nos acogió en su casa de una forma que nunca le voy a poder agradecer. Córdoba es ella. Espero que sea todo lo feliz que no fue aquí.
Eduardo. Esto me trajo a Eduardo. Cuando nos conozcamos nos vamos a querer mucho. Y a Cafferata. Qué conversaciones.

Esa historia fue. Pero todo lo que la acompañó está vivo y seguirá siendo. Hubo una época de mi vida que la viví cruzando el océano. Olíamos a Chanel Allure Sport y a Lacoste Woman y escuchábamos a Bebe. Es importante a qué olíamos porque en el aeropuerto nos rociábamos la manga con el perfume ajeno y así nos acompañábamos un trozo. Me dejó muchas más cosas que el no haberme atrevido. Así que todo bien. Todas estas personas bien. Cosas bien.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Predicciones 2015

Bueno, en unas horas se acaba el 2014, así que empieza a importarme un carajo. Yo a lo que vengo es a compartir mis predicciones para el año 2015. Que son tres. Las siguientes.

UNO.
Si Cadena Dial insiste en hacernos tragar conversaciones tipo -por dios que es cierto, agarrarse los machos- "Hoy mi caballero oscuro está en modo vainilla" en sus cuñas autopublicitarias, van a aumentar los suicidios. Y/o los asesinatos.
Cada cuatro canciones, una pareja de bofetón comparte con la audiencia sus memeces. Como un par de anormales profundos. Que si helicóptero, que si te pones celosito, ronroneo sado-maso a raudales como si la sufrida audiencia fuera del todo gilipollas y tuviera el estómago para semejante mierda.
Cuidado, creativos/as de Cadena Dial, a veces la gente vamos al volante cuando disparáis esa retahíla de sandeces edulcoradas y lo único que apetece es dar un volantazo y acabar con todo. Cuidado porque lo mismo que yo manejo un auto, puedo estar limpiando un rifle de asalto y el desastre se extendería a la población circundante que poca o ninguna culpa tiene de que andéis probando ácidos en vuestra jornada laboral.
De verdad, acabad con esto.

DOS.
Visualizo que la porcelana de Lladró se vuelve a poner de moda. Los pastorcillos melancólicos compitiendo entre sí a ver cuál parece más desesperadamente nihilista van a volver a ocupar vuestras alacenas. No es broma. Si tenéis pasta, metedla en Lladró. Ya sé que la marca tiene cierta reminiscencia a que no la vais a recuperar (en catalán lladre es ladrón) pero hacedme caso, lo visualizo con extraordinaria claridad.
Y las lámparas Tiffany. Esas que parecen compuestas de cristalitos de otras lámparas pegados a lo loco. Pues van a volver. Cuando estemos muy cansados de que nuestro hogar parezca un vertedero industrial de hierros y maderas a medio pintar, añoraremos el rancio profundo, los lazos, las arañas con mucho colgantito, la maderaza buena y las alfombras caras.
Invertid. Hoy.

TRES.
Las fiestas navideñas venideras van a seguir oliendo al puto cordero al horno que me acaba de echar de casa de mi madre y que me obliga a tirar de restauración en fechas tan señaladas. El cordero de los cojones va a seguir oliendo igual. A choto. Todo el 2015. 
No invirtáis.


Ya está. Voy a frotarme la piel hasta sangrar y lograr desprenderme de este tufo inmundo. Luego me pondré los tacones, me subiré al coche y, si no volvéis a saber de mí, es que el jodido caballero oscuro en modo vainilla con helicóptero, flores y su puta madre ha irrumpido en mi ruta hacia el restaurante.

Os deseo un amor muy desesperado y un pelo muy brillante.


miércoles, 8 de octubre de 2014

Siempre dos hay


dos

"Siempre dos hay"
Yoda

Lo que sigue es intrasdendente para esta entrada ( y además lo sabéis, frikazos/as) porque el tema es que

Siempre dos hay, un Celsius y un Fahrenheit.

Esto está a punto de ser una entrada extensa, donde voy a colgar los antecedentes, la continuación y un ejercicio de caos. Así que vamos ya.

Lealtad es un grado
El último año en Suiza conocí a dos gemelos alemanes. Celsius y Fahrenheit. Y tenías que llamarlos Celsius y Fahrenheit. Extrañamente tenían muy baja tolerancia a los diminutivos. Y muy mala leche. Al menos el segundo. Que te pongan un nombre así se comprende que. Entonces Celsius y Fahrenheit en el internado, idénticos, con su hermoso apellido alemán y su pelo negro y sus ojos verde manzana. Verde amarillo. Un verde que demasiado verde para mantenerles la mirada sin que se notara que habías dejado de escucharlos y sólo te preguntabas cómo es posible que los dos tan verde.

Celsius se sentaba conmigo en matemáticas. Era adorable y habitualmente adorado, salía con las guapas y era amigo de medio internado. ¿Podemos decir un líder sin imaginar un gilipollas? Pues Celsius. Yo me llevaba bien con él porque me gustaba Fahrenheit. Me encantaba Fahrenheit. Que se sentaba con nadie en filosofía. A veces, invitada por Celsius, estudiaba matemáticas en el cuarto que compartían los hermanos, a veces me sentaba distraídamente a su lado en clase, a veces ni me miraba, a veces me golpeaba con la cartera al levantarse y entonces me miraba. Tenía que acostumbrarse a la compañía de las personas, pensaba yo. Y como los solitarios enfadados suelen ser receptivos a la paciencia, mi acercamiento fue constante. Soporté docilmente tres accesos de ira y la incomprensión de mis amigas.
- No es Celsius, eh.
- Sé que es Fahre.
- Pues como le llames Fahre te la vas a cargar. ¿Por qué te empeñas con el malo cuando está claro que le gustas al bueno?

De pronto, a finales del primer trimestre y para asombro de todo el mundo incluida yo, sobre todo yo, empezó a esperarme en el jardín después de clase. Como si no me esperara, al pasar por su lado comenzaba a caminar conmigo. Nos sentábamos en los bancos que dan al río y hablábamos un poco, o paseábamos. A veces nuestras manos se rozaban y él la apartaba y yo ardía.
No hablaba con nadie más, con su hermano y conmigo. Convence a Fahrenheit. Pídele tú los apuntes. Dile que se venga a nuestro grupo para el trabajo. Un cabrón de cuidado, se entiende. Una vez se me escapó Fahre delante de la clase, solo decirlo contuve el aliento. No me dijo nada.
Al día siguiente me besó por primera vez. Como quien te da una hostia.


Diez años después, Fahrenheit es aún un nombre hermoso. Si lo desvinculas de lo obvio y dejas que el aire comience a escapar de la boca con dureza y luego te llene el paladar y se escape. fohrenait.


Ayer comí con Celsius, tenía una reunión en mi ciudad.
- ¿Y tu hermano?
- Bien. De gira.

No pregunté más, seguimos disfrutando de una convestación elegante, un vino suave, una atmósfera que creó cálida para mí. Mientras nada ocurría sin Fahre, Celsius brotaba ante mí espléndido de belleza y ternura. Intenté confundir, creer, retener lo parecido de su voz, tan bonito el paso del tiempo en su boca, querer que los gestos. Y finalmente Suiza ardió en mi memoria. Rescaté justo a tiempo su pelo tan negro, su Salinger entre los apuntes, esperándome mansamente en el jardín de la entrada, a la luz reprobadora de todos para pasear casi sin hablar.

- Dale un beso de mi parte a Fahre.
- Fahrenheit.
- Fahrenheit.

Me dejó en casa tan elegantemente dulce intentando coger mi mano, tan parecido acercándose, los ojos tan verdes. Casi me engaño. Pero, extrañas lealtades, en mi cabeza se repetía aquel acorde de, la conocéis, ha sonado mucho. ¿Sabéis cuál os digo? La compuso él. Y mientras rasguea con tan legítimo enfado, parece que..., quizá no, pero dírías que dice...

Y no pude.

----------------------------------------------------------------




233 Celsius, 451 Fahrenheit *

(*) La temperatura a la cual el papel fotográfico entraría en autocombustión.



Hoy he escuchado en la radio otra canción de Fahrenheit.  Mi Fahrenheit, imagen especular y atroz de su hermano Celsius. Pero habíamos dicho que ardió en mi memoria el internado, el paseo después de clase, que aquel día me besara como quien te da una hostia, ardió su pelo negro, su mirada intensa, todo ardió. Y ya no recuerdo nada.

Ayer estuvo aquí Celsius, una vez al año, puntual, alemán, cortés. Comimos.
- Qué sabemos de tu hermano.
- Bueno, ya sabes. Más vino?

Celsius. Imagen especular y angélica de su gemelo Fahrenheit. Celsius el hermoso, Celsius el líder, el paciente, el deseable.

Sería sólo un error de apreciación, eran tan idénticos que por qué no. Un minuto de caos, un desliz de identificación, pensar su nombre y cerrar los ojos que por qué no.


Pero en la intención de Celsius, tan dulce, tan transparente rememorando de pronto todo lo que hicimos juntos los dos. Se destilaba, se apreciaba líquida una estrategia. Matar a Fahrenheit. Hacerlo desaparecer de mí. Todo ese esfuerzo en cierto modo conmovedor, Celsius: Te hablaré de nosotros hasta que dejes de pensar en Fahrenheit.
No pienses en Fahrenheit.
Siéntate en un rincón hasta que dejes de pensar en un oso blanco.
Por qué no tuvo en cuenta el oso blanco de Tolstoi si lo estudiamos juntos?
Sólo a veces lo consigues. Algún gesto ensayado, alguna mirada de un verde indecible y casi eres Fahrenheit.

Matarlo. No hay que matar a Fahrenheit, véndeme otra cosa. Crees que yo no estoy cansada? Crees que el incendio fue casual? Entré una noche en mi memoria. Sólo debí soplar las brasas de años de nada. Nada! Es aterradora la intensidad de Fahrenheit aunque no esté. No seas él, es un infierno su propio nombre, sus canciones donde dice volvamos allí y a veces voy. A veces voy... Y nunca está.

Volvió a acompañarme a casa. Volvió a intentar cogerme la mano en el portal. Pero esta vez no suena esa canción donde grita mi nombre. Será que lo hemos matado.





----------------------------------------------------------------




La teoría del caos

Donde dice que del caos más absoluto surgen ordenaciones perfectas. 
Siempre va a haber un Celsius y un Fahrenheit que aceleren, narcoticen con una mirada que parecería la misma. Te besan diferente con los mismos labios, la misma voz te dice y desmiente, el viento despeina el mismo pelo, se lleva intenciones tan opustas, tan iguales. Siempre va a haber dos para un caos. 
Y los dos son yo.

Sólo que a veces no soy yo, son de verdad Celsius y Fahrenheit, la pluma y el hacha, imagen especular. Observa cómo todo gira en espiral. Y date por elegida.







Sistemas estables, inestables y caóticos.
Un sistema estable tiende a lo largo del tiempo a un punto, u órbita, según su dimensión (atractor o sumidero). Un sistema inestable se escapa de los atractores. Y un sistema caótico manifiesta los dos comportamientos. Por un lado, existe un atractor por el que el sistema se ve atraído, pero a la vez, hay "fuerzas" que lo alejan de éste. De esa manera, el sistema permanece confinado en una zona de su espacio de estados, pero sin tender a un atractor fijo.
Una de las mayores características de un sistema inestable es que tiene una gran dependencia de las condiciones iniciales. De un sistema del que se conocen sus ecuaciones características, y con unas condiciones iniciales fijas, se puede conocer exactamente su evolución en el tiempo. Pero en el caso de los sistemas caóticos, una mínima diferencia en esas condiciones hace que el sistema evolucione de manera totalmente distinta.

martes, 16 de septiembre de 2014

Cafeína, pase al BANCO DE PRUEBAS


Cuánto tiempo sin hacer un BANCO DE PRUEBAS.
Como Maria no está, Marnieyernesto hacen lo que quieren.

Bien, hoy estudiaremos el apasionante mundo de las xantinas. Café, té, mate, redbulles...
Sujeto: Marnie
Objetivo: Subirle y bajarle el ritmo cardíaco sólo por diversión.
Exposición: Marnie es una tipa muy tranquila. Se bebe un té por la mañana y está como las cabras hasta mediodía. No toma café desde segundo de carrera, efeméride lejana en que se tomó uno cierta noche antes de un exámen. No pudo hacer el exámen. 
Disposición de la sujeta: Mala.
Patrocinios: Cero. No vamos a decir que usamos la nespresso ni por un millón de dólares.

El té.
E: Hoy Marnie no trabaja, le he preparado el primer té a las once. Lo tolera.
Le enchufo el segundo a la una. Lo tolera.
A las tres intento una tercera taza. La rechaza. Insisto. Se enfada. Esto ya es un resultado.
M: Qué quieres, que me infarte? Te la tomas tú, tú. Tú! Me encuentro mal. Palpito un poco, Ernesto!
E: Dos tazas, llevas. 
Concentración de teína: 80 mg.
Observamos: Palpitaciones, ansiedad y descontrol del "tú".

El mate.
E: Qué creíais, que no guardábamos los enseres de mate? Correcto. Vaya movida para encontrarlo todo.
Se lo cebo una, dos, tres veces. Se quema las tres.
M: Déjame ya en paz, hijoputa!
E: Unos ocho sorbos. Escupe siete.
Concentración de mateína: imprecisable
Observamos: Cambios de humor de malo a muy malo. Eritema lingual.


El café.
E: Hoy trabaja. Le hago un cortado con leche-de-soja-de-vainilla-por-favor.
Me llama a los 45 min. Se encuentra muy mal. Palpitaciones, sudoración, náuseas, ansiedad y otras cosas que no cabe precisar en este entorno tan controlado.
M: Me he tenido que tomar un betabloqueante de marca blanca (No podemos decir Sumial porque no nos patrocina) y aún estoy como el culo ocho horas después. Qué cuerpo de mierda llevo... Lo odio.
E: A veces te tomas trifásicos de Baileys.
M: No es lo mismo!
Concentración de cafeína: 200 mg.
M: 200? Cabronazo? Abandono! Yo dejo esto, siempre soy la sujeta!

Los redbulles y allegados.
M: Vuelvo.
E: Marnie, siempre me jodes el experimento.
M: Te juro que no.
E: Bien, media tarde. Una bebida euforizante de una marca que no podemos concretar que sea un redbull porque no nos patrocina. Tolera.
Una hora después, otro. Tolera.
Media hora después la pillo en la cocina suministrándose otro.
M: Me he bebido otro en el lavabo. Tibio.
E: Marnie, llevas 320 mg de cafeína y estás bien!
M: Bien, bien, no. Empiezo a estar agitada y quiero más. Me noto un poco... No, un poco... Qué? Qué escribes sobre mí? Dame la caja, dame la caja! No, joder, la de redbulles no, cabrón, la de Sumial!

CONCLUSIÓN:
E: Ya sabíamos que con Marnie no se puede experimentar. 
M: Es todo muy malo. Ahora me he pasao de Sumiales y no pue
E: ...de escribir. A la cama, Marnie. Buenas noches. En fin, nos quedamos como estábamos, sabiendo que a esta muchacha le sienta mal la cafeína. Pero ahora lo sabemos -Marnie grita lo sabíamos!- con rigor científico. No como antes. Joder qué empíricos somos.

Y así concluye otro bonito BANCO DE PRUEBAS, con Marnie drogada, yo fumándome su tabaco y Maria que nos va a descolgar esto en 3, 2, 1...

martes, 9 de septiembre de 2014

Sedoso macarreo, voluptuoso punk

- En qué piensas
- En la bella, bella muerte simultánea que nos espera en tu boca roja, en tus labios rojos, en tu rojo aliento en esta noche de mierda en que hace este puto calor insoportable y que me trae recuerdos de quizá otras noches en tus brazos fuertes, en tus ojos grandes, en la espesa niebla que lo envolvía todo y todo se confundía y no encontramos el jodido parque y dimos tres vueltas y acabamos en un libanés horrible donde el gris, donde el azul, donde el verde de tu mirada hambrienta como yo ahora que si no me levanto aquí no hace la cena ni Dios, me paralizaba, me retenía en una espiral ansiosa, en un girar desesperado de deseo y luz como la que ahora atrae a todos los putos mosquitos del vecindario. Pensaba en la forma de tus manos, en tus manos en mi espalda ruborizada la primera vez que bailamos. En que íbamos bastante borrachos y no nos dábamos cuenta de que bailábamos tan mal, en que todo giraba, se rovolvía, se despedazaba en mil destellos, en mil clamores, en que luego, en que al día siguiente, envueltos el uno en la otra, confundidos los cuerpos, arrasados, exhaustos, temerosos de perdernos en frases vacías que nunca llegaron, en sensaciones vacías, en vacíos silencios, pudimos constatarlo porque la hijadeputa de tu hermana colgó el vídeo en facebook y casi vomito de rabia. Pero estabas allí. Tan nuevo tu cuerpo, piel tan silenciosa, labios hinchados de sueño reciente, interrumpible como el gesto hermoso que haces cuando no entiendes, amor, y casi se me pasan las náuseas y en ese momento, bendita presencia, flor de morenez, me arrebatas, me derribas, me besas con ese puto aliento de resaca, tú y yo, mi cielo, compartiendo toxicidad, regalándosela al mundo desde la cima de nuestra conjunta resaca universal, tú y yo, mi amor, tú y yo abrazados como si el día pudiera reventar y extinguirlo todo y...
- La cena has dicho hacia la mitad que la hacías, no? 
- No
- ...me ha parecido entender...
- No, no no
- Por cierto, yo tengo los ojos marrones
- No hablaba de ti
- Anda que no. Tonta.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Sufrientes

Aquí todo el mundo sabe de qué hablo si digo LOS/AS SUFRIENTES. Eso es, exacto, las personitas adictas al amor mierda. Las que prefieren sufrir unos años más por aquella persona que las ha pateado en vez de usar nuestro bonito mantra ya desarrollado por aquí abajo y que viene a decir Que te follen. De ahora en adelante, QTF. Y pasar al amor bonito.

Ayer cené en casa de mis compadres (padre y madre de mi ahijado para quien no sea andaluz).
- He visto a Juan, está guapo ese chico.
- Uf, sigue sufriendo por Verónica.
- Hablamos de la misma Verónica?
- La que le dejó hace tres años, sí.
- A ver si va a ser gilipollas.

Bueno, quizá gilipollas pero seguro SUFRIENTE. De los que en vez de cagarse en sotz escuchan boleros y lloran. Mucho tiempo. Se gustan así. Sufriendo. Gente muy tóxica. Carne de psicoterapia. Objetivo de autores/as de autoayuda. Os voy a ayudar a lo María.

Pero sois tontos/as o qué mierda?!

Ernesto quiso sonsacarme el secreto de la resilencia. Creía que era algo complejo y metafísico, seguro. Es de una simplicidad estúpida, en realidad. Nos morimos. Se mueren. Es así. Igual que no dedicas tiempo a un libro escrito con las gónadas porque hay tanto que leer, igual que no vas de vacaciones a ese destino feo porque hay tanto que viajar, acaba tú la frase, sí, en tan poco tiempo. Igual, no nos dedicamos a un/a hijoputa cuya hijoputez ya sabemos que es irreversible. Aquí se llora tres días si la persona era el amor de nuestra vida y si no, de 9 a 12 am! Y a la hora de comer estamos ya a otra cosa! Así que si lo que da sentido a vuestra vida es vivir en un tango, os lo ponéis machaconamente durante tres horas, buabua, qué pena doy y cerráis la sesión sadomaso con la muy revitalizante QTF. Y basta, pordios. 

Qué os empuja a ser tan soplapollas? Analicemos las variables.
. El orgullo: a mí no me hace esto ni dios. Ahora voy a recuperarlo/a para que sufra él/ella.
Falso. Sólo quieres ganar. Tener a esa persona, para tu cerebro enfermo es ganar. No vas a joderla, no me engañes, vas a volver a poner el cuello a su disposición. Y sí, me temo que te lo vuelve a cortar.
. La mala educación emocional: quien bien te quiere te hará llorar.
Falso. Quien bien te quiere te mejora la circunstancia con sólo mirarte. No te pisa el corazón.
. El enganche: Es que si no fuera tan hijo/a de satanás, era perfecto/a para mí, mi media naranja.
Falso: La persona perfecta eres tú, no te hace falta nadie para completarte. Y menos, abre los ojos, alguien que ya ha demostrado su capacidad de joderte la vida. Las parejas existen para acompañarnos, no para suplirnos, completarnos, colocarse como pilar central de nuestra vida... Porque como te falle, se te cae la casa y vuelta al tango. Gilipollas.
. El componente masoquista: Qué, os molan los boleros, la poesía decadente y sentiros protagonistas de un complot del universo y cuánto sufro?
Bien: tres días. TRES. DÍAS. Luego os incorporáis a la pandi de la gente sana, por favor.

Y si no es eso, a mí que me expliquen. 
No. No, que no me expliquen. Es como un libro malo. No tengo tiempo. Habiendo tanta, tanta literatura excelente por descubrir.

Pero voy a ayudaros, claro que sí! Sabéis la pereza que me da colgar vídeos, da igual, lo necesitáis. Usad este par de minutos que ibais a dedicar a colgar mamarrachadas en FB para que vea que no salís del agujero (en serio, no lo/la habéis eliminado? Gilipollas?) y escuchad.
Con todos ustedes, QTF.



Lo sentís? A que da gustito? Venga, venga, no lo perdáis. Salid a la puta calle tarareando. La calle, ese lugar donde hay gente que os quiere querer bonito.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Me ha pasado una cosa. He entrado a editar la entrada sobre las vacaciones de Marnie y Ernesto y se ha borrado. Irrecuperable en el caché, en la nube, en la red, la ram, volatilizada.
Anatomía de un par no va a volver a existir. 
Que es algo que me jode sobremanera, no debería haber gente así, que invente botones pequeños y duerma por las noches.
Ernesto y Marnie son felices porque los desnudaba un poco y colgaba una foto de ellos contra un muro. 
Decía que eran bonitos y que Ernesto quería saber y Marnie canturreaba. Incluso le daba un poco de caña a sus miedos, los de ustedes, sí, mira qué pérdida!
Ahora creo -muy enfadada- que en realidad nadie debería ver a esa pareja diabólica tan de cerca.
Todo tiene un por qué. Y sí, la mayor parte de las veces es por imbécil. Esta incluida.

lunes, 25 de agosto de 2014

100 abismos

El 26 es el cumpleaños de dos personas que quiero. Mi hermano. Cortázar. Salvando las distancias. Así que ya empiezan los medios a decir iniciático. 


Tacharlo de iniciático es confundir Cortázar con Tolkien. 
Recomendar Rayuela es recomendar el Ulises de Joyce. 
Maldad por maldad. 
Hay que respetar a las personas. La circunstancia que vivan impregnará por siempre esa obra haciéndola irrescatable y puede muy bien acabar yéndose al carajo. Sí, usted, no Rayuela. 

 "... Allí hay tantas cosas vivas. Tantos hallazgos bellísimos en todos los planos" 
Epistolar con Dorfman 

No voy a ser yo la Novia del Centenario. Todo el mundo lo es para si. Todo el mundo opina y todos y todas nos hemos leído la obra completa y miles de personas han ido a BB.AA. tras esa edición. Yo la encontré. También yo.
- Qué fue de ella?
- No me hables, estoy escribiendo.
- Ya, per dónd...
- Shhhhhh. Sh.
En cierto modo, escribir me une a algo que él provoca, que ordena, abastece, que me obliga a que lo brutal sea expresado sencillo y lo sencillo parezca que. 

"Pero lo que uno ama queda siempre cerca de alguna manera, y no era necesario tenerlo a la vista para que me fuese fiel" 
Epistolar con Dorfman 

- Ah!
- Sí.

 Celebrar el cumpleaños de alguien muerto da contra la estética más elemental. Así que no le celebro nada, Julio. Que hace cien años naciera y nos dejara nadando en esta superposición de abismos. Es más bien para ir a la tumba y darle patada.


 


Léanlo. 

domingo, 17 de agosto de 2014

Poesía, esa hijalagranputa.

De verdad que tenía medio escrita una entrada normal sobre la poesía. Pero esta mañana me han enviado esto:



Tres consideraciones.
1. La poesía en pequeñas dosis.
2. Lo que yo quería expresar es lo que dice ahí.
3. Me lo ha enviado una chica. Llega a ser un chico y se me hace un agujero en el corazón del tamaño de Memphis que no sé cuál es pero os hacéis una idea.

POESÍA de AMOR



Cada vez que te veo
me pega unos chasquidos el nabo
que se me ponen las venas
como rabos de lagarto.
Y es que te quiero, hijalagranputa.


Ya está. Se puede decir mejor, más preciso, más claro? No. Esto es amor en barra, nenes.
Ya le gustaría a Coelho haber escrito algo así de bueno, en su puta vida, vamos. Ahí hay sentimiento, verdad, ardor. Es el amor. Chimpún.


Pero es que hay más, hoy en la piscina me ha asaltado por sorpresa un tema que no se metía en el aleatorio desde hacía años. Y ya veréis cómo cierra el círculo que ha abierto esa oda al amor real.

POESÍA de DESAMOR


Mi paisaje interior, contaminado. 
                                      Mi cabeza llena de pájaros enjaulados.
Las paredes de mi chabola 
aún guardan el recuerdo
 de aquellas noches de invierno.  
Por si te acuerdas de mí 
te he apuntado en una barra de hielo 
mi dirección y mis mejores deseos:
 Que te follen


He eliminado un toque que a veces tiene El Lichis para que nos concentremos en el mensaje. Perdona, era necesario.
Pero o no es? Es claramente lo que se siente o lo sentís mejor con versos alejandrinos? Que te follen. A mí me parece tal cual. Alguien me envía el Poema del desencanto y a lo mejor me concentro más en la rima que en saber qué me quiere decir el tipo que me acaba de dejar tan estéticamente. Pero es que me envía lo de arriba y desde luego me jode el día. ¡Esto no da risa, señores!


Y ciñéndonos al punto 1 y a que tengo una cena, hasta aquí la entrada sobre poesía real.


(Además es que no te la quitas de la cabeza, que te folleeen, que te follen, que te follen. Qué delicada. Buscadla en el Spoti o en lo que usares, La cabra mecánica, Que te follen)

(Coño! El Poema del desencanto existe! Era un título al azar! Jodido pero sin llegar a la polarización como el ejemplo que nos ocupa. No lo cuelgo que es malrrollero y nos da al traste con el karmazo tan rebueno que llevamos. Au, vacaciones!)

viernes, 15 de agosto de 2014

El santo

Es una reflexión extraña viniendo de mí, atea de necesidad. Pero hoy es mi santo. Y creo que me gusta más que mi cumpleaños. Sales más impune.
Y lo que es mejor es que las personas lejanas te felicitan. Eso es. Es el día de las personas lejanas. Podría hacer un listado maravilloso de las personas que me han llamado y mensajeado hoy, incongruente, delicioso. Personas todas que ignoran mi cumpleaños. Algunas saben que soy atea, otras lo son ellas mismas. Pero han levantado el teléfono en un ejercicio de generosidad del cual yo soy absolutamente incapaz. Primos de exnovios, amigos de mis padres, hijos de amigos, excompañeros/as de trabajo, mi sobrina que casi se llama como yo y mis amigas que tienen hijas que se llaman exactamente igual.
No es un nombre difícil. Aquí se dice Jordis, Maries i asses, a totes les cases (Jordis, Marías y asnos, en todas las casas). Pero da gustito que te incluyan en sus listas de felicitaciones.
No celebro nada. Según mi historiador de cabecera en estas cuestiones, J.A. Pagola, María fue una multípara -siendo Jesús el tercero o cuarto- que se avergonzó de las locuras de su hijo desde que a los veinte conociera la revelación de manos de Juan Bautista. Y antes tampoco estaba muy contenta. Así que a Santa María, mujer que se relaciona con palomas y cuya dermis es tan sospechosamente clara entre hebreos y cuyo vestido tiene al menos tres capas y todas volátiles, no, no la celebro mucho.

Hoy ha sido un día de mierda. No, en serio, de mierda, muy malas noticias. Afortunadamente era mi santo e inconcebiblemente hay personas que no te ven en años y a las que cuesta tan poco levantar el auricular y levantarte el día en un solo gesto. Voy a ser más así. Si os llamo de pronto no pongáis voz incómoda o colgaré. Lo juro, lo hago.

Au. Feliz santo a las Marías del mundo!

Pongo “Santa María” en Google y me sale esto.
Cómo me conoces, ladrón.

viernes, 25 de julio de 2014

Lo que hay en tu nombre

Emma Nivale se encontró de nuevo, de nuevo, con aquel cuerpo atlético, moreno de sol, rubio hasta la nuca. Que era pero no era. Tuvo que ralentizar el paso para caminar tras él un poco más. Tuvo que hacer un esfuerzo por no llevarse las manos al pecho cuando él se giró un poco y -desde luego- vió su perilla rubia sólo en la barbilla. Se adelantó y caminó a su lado, él se dejó hacer, ninguno de los dos cambió el ritmo y de pronto. Todo era caminar juntos de nuevo, rozándose las manos bajo las arcadas de aquel pueblo donde quedaban para tomar cocacolas y creer que tenían a Kronos en nómina.
Santos la esperaba a la puerta del bufete y se preguntó por qué venía acompañada a firmar el divorcio. Caminaron juntos hasta el cruce. En el último momento sus caminos se separaron.
En el último momento. Sus caminos se separaron.


Emma y Santos fueron a comer para celebrar un adiós bien llevado. En la terraza del hindú, aunque empezara a abrasar el sol, ella se lo explicaba.
Creo que quiere volver. No sé qué quiere.
Y ahora de frente, aproximándose de frente y sentándose en la terraza de la cervecería.
Santos, es él. No sé qué quiere.
Volver no, Emma. Está muerto.

Emma Nivale había visto el vídeo del Zambeze unas cien veces. Había visto las fotos y la nota que le envió su madre cien veces más. Hasta reducirlo sólo a un nombre. Su nombre.
Lo buscaba en la red y ya no había fotos. Con el tiempo sólo quedaba un registro escaso, un nada, muy poco. Ya casi no era ni un nombre él.
Él.
Que fue un centro y casi un beso cuando aún debía decidir entre su novia y ella y que la dejó esperando en el río el día que habían quedado para decirle que.
Emma que veía pasar el tiempo frente al río y cómo su vestido se arrugaba un poco y cómo se soltaban algunos mechones de su coleta. Emma que preguntó a alguien que pasaba por allí, a alguien que no sabía, que creía que era un nombre.


- ¿Ya han llegado los vascos?
De pronto,
- Sí, me los he cruzado. ¿Sabes lo del vasco ese?
todos los días de mi vida
- Qué.
se transformaron en una enorme garra de acero
- Ese que se ha matado.
que me rompió el pecho de un golpe
- Quién.
y apretó mi corazón 
- Ese rubio, Igor.
hasta pararlo.




Emma contaba las veces que se lo había encontrado en otras personas, una morfología poco común, hombres idénticos. Aquella vez bajando de Polloe, justo en el puente de María Cristina. Había ido a llevarle las margaritas de siempre con la nota de siempre.
Las blancas. Tiene un papel y un lápiz?
Les dejas mensajes a los muertos?
Es que tengo algo que decirle.
Emma Nivale escribía en lápiz para que no se lo llevara la lluvia persistente, fina, de San Sebastián.

DEBÍ HABLARTE DEL MAR. Y SÓLO ME SALIÓ ESPUMA.

Y ahí había un vuelco voraz y una maldición, una patada al timón y un sonido de trueno y nunca hubo, nunca, algo parecido a un adiós. Había mucha derrota, algo de esperanza porque él entendiera. Que ella debió decirle. Y lo dejó para luego. Algún vuelve. Casi ningún, de verdad, ningún adiós en lo que escribía mientras la mujer de las flores, extrañamente otra cada vez, sacudía la cabeza y pensaba tarde. Tarde le dices. Ya no te oye.

Emma Nivale sonreía mientras metía la nota y sólo a veces reventaba de dolor ante aquella tumba con vistas. Era dolor o podía ser rabia. Nunca sabía como nunca supo.

Aquella vez se lo cruzó en el puente. Tantas otras en otros lugares. En la playa, en el chiringuito justo antes de. Se había instalado con su familia en el sofá de al lado y Emma hacía como que leía pero detrás de las gafas de sol alguna visión borrosa y muchos vuelve. Volvió en cierto modo. Esa misma tarde en ese mismo lugar, alguien la besó bonito. El rubio de al lado miraba.

Y Emma Nivale, que no cree en las coincidencias, asume que él no quiere morir. Y que, de algún modo, patrocina, regala, compensa lo que pudo haber sido junto al río si no hubiera faltado un día en su vida. Un. Día. Y su presencia quiere que ella hable del mar cuando se debe hablar del mar.
Porque un bofetón es asumible. El resto no.


Emma Nivale no sabe cómo escribir algo así sin desangrarse. Si crees que lo puedes hacer tú, hazlo. Se llamaba Igor. Y era hermoso.






And maybe I’ll find out
a way to make it back someday
to watch you, to guide you
through the darkest of your days.
If a greater wave shall fall,
and fall upon us all,
Then I hope there’s someone out there
who can bring me back to you.

lunes, 14 de julio de 2014

Footpaths

A penas asomaban las primeras colinas de Oxfordshire, quizá un poco antes, pero inevitable como una sacudida, acudía a mí la sensación del padre.
En esos momentos sé que me estará esperando con el coche que me gusta, que habrá dejado preparado algo para comer y que iremos a pasear aunque llueva.
Y atravesando campos encontraremos abadías destruídas y él dejará que yo le cuente tanto sobre el románico tardío, dejará que le hable de capiteles, muros, vueltas, me acompañará al cementerio y a orillas del río como si yo pudiera presentárselo todo por primera vez. Recorreremos el canal y seremos silenciosos contempladores de ciervos.
Y al día siguiente iremos a devorar Oxford. Entonces yo me quedaré callada cuando lo reconozcan en el patio de los colleges y nos dejen pasar. Y, en vez de llevarme a las clases, deje que me pasee por el claustro y otra vez pondrá su mejor cara al escucharme por enésima vez hablar de la distribución, de la planta, de cualquier cosa estúpida que me arda dentro. Cuando él. Quizá el mejor filólogo de inglés medieval del mundo. Ya lo sabe todo.
Pero es un padre. Sonríe y encadena mi brazo al suyo como dos eslabones perfectos.
- Deberías haber estudiado aquí.
Él me ve más hermosa de lo que soy, más inteligente, conmigo no tiene criterio ni yo con él.
Es sólo que a veces, oh, wait, sabemos que somos sólo un maestro y una estúpida. Un padre y una hija atravesando los vallados de Oxfordshire y encontrando la ruta más larga sólo para hablar. Hablar, hablar e imaginarnos cómo hubiera sido todo si.


Marnie: Y ya está?
Maria: A qué te refieres?
Marnie: A esta entrada! Eso es todo? Acabamos de ver cómo la gente viene aquí a leer a Rizo el erizo y a Lady Gaga y tú te quedas en bucólicos paseos con tu padre muerto? Pasa algo más a parte de la silenciosa observación de ciervos y el mano a mano artístico-sabioncillo?
Maria: No está muerto.
Marnie: Yo os mataría a los dos. Ahora.
Maria: Bueno, déjame pensar. En una librería me dio un retortijón que ni cuando la gastro vietnamita. Algo así?
Marnie: Después te cepillaste al dependiente?
Maria: Mmmmmmmno...
Marnie: Pues post a la basura! A la basura! O te pones a golfear y contarlo -hombres, mujeres, plantígrados- o los 15 seguidores que tenemos van a morir. Como tu padre.
Maria: No, que no está muer...
Marnie: Como tu padre!

Entiendo los motivos marketingueros de Marnie. Y puede que nos hayamos sumergido en el bucolismo con esta entrada, no digo que no. Voy a hacer algo más acorde con...

Conmigo. Qué, no os gusta la profundidad? Pues no tenemos edad de prostituir el blog! No gusta la forma, no?  Con todos ustedes y rescatándolo de este invierno reciente...

Tac. Tactac.
Desde lo innecesario, la duda, desde lo de siempre y mis súplicas veladas. Desde la noche, las horas en las que tanto aconsejé que nunca, nunca, porque al ponerse el sol algo cambia y nunca, nunca debemos escribir. Y cuando digo somos nosotros ojalá fueramos nosotros. Desde el ácido que deja en la boca al incesante pensar en metales, todo trae la familiaridad de una locura antigua. Desde un lugar sorpresivamente cubierto por la nieve. Desde un móvil, traición reparable porque a estas horas siempre, siempre pienso en lápiz. Pero quizá perderse un poco sea encontrarse un poco con la versión limpia de uno, de una, de quien suscribe. Limpia de acumulaciones, Diógenes de formas, de modas, de espectros que nos quisieron y, por supuesto, nos cambiaron. Y cuando hablo en plural ojalá no se me notara que no hablo sinó de mi propia reverberación metálica en noches en que lo caminaría todo. Lo escupiría todo. Todo ardería en mí. Y estamos deseando herirte un poco por compensación. Un poco porque ya no sabemos qué tengo entre manos. Y afuera continúa el tactac tac de la nieve que se cree tan sigilosa, la estúpida.

viernes, 11 de julio de 2014

Recuperando a Cortázar

He regalado mi edición coleccionista de Rayuela de 1965.
Trato de recuperarme con mantras new-age tipo "Cuando llega estamos agradecidos, cuando se va lo dejamos ir" y otras cosas peores que incluyen cosas que si vuelven a ti noséqué y si no, nosécuantos, llantos por haber perdido el sol que no te dejan ver algo, árboles que tapan cosas y sólo me falta leer a Albert Espinosa para pegarme un tiro.

Sé que vive en un sitio mejor, sin sus amigos de la Biblioteca Cortázar, gente de su edad, pero seguro que rodeado de buenos libros sobre viajes y un Kindle que sabe un montón de historias.

Debemos deshacernos de las cosas que comprometen tanto nuestros sentimientos! Sí! Hay que entrenar la frustración! Y regalar, como los japoneses, que parecen una raza feliz! Y han inventado el harakiri. Y a veces quieren morir! Como yo ahora!

Bueno, que necesitaba una reunión urgente con Cortázar para explicárselo. Sí, creo que hablo con él, qué, qué pasa, mucha gente habla con Dios, al menos Cortázar existe. Total, que ha entendido perfectamente que le regalara semejante edición a alguien a quien es posible que ni le guste porque nunca lo ha leído. Lo ha entendido.
- Sos hestúpida, querida.
Pero yo creo que he hecho el bien. El Muy bien. Porque me apetecía tanto que no lo dudé.

Quieres descubrir a Cortázar escribiendo (si se puede llamar escribir a lo que hacía este hombre)? No empieces por Rayuela, mejor Bestiario, Lucas, cronopios y famas, cuentos cortos, Los premios.
Quieres... oírlo? Hay infinidad de audios de Él leyendo capítulos, entrevistas, vídeos.
Conozco su voz perfecta, lo cual aumenta exponencialmente mi paranoia dialéctica.

Ahí va el capítulo 68 de Rayuela, justo donde dejé la dedicatoria. En un papel doblado. No soy tan zorra. Decía. Algo así como. Ve.


jueves, 10 de julio de 2014

Gadget revelador

He instalado un gadget en el mismo lugar que se acaba de instalar el diario el País, ahí a la derecha, y que me informa muy amablemente de las entradas que más os gustan.
Bueno. La de Platón, os interesa la filosofía y eso siempre está bonito. La de Rizo el erizo ya ni me sorprende porque está en el top 3 desde que nació. Misterio insondable. Y por último la deconstrucción del portal de Belén, verdades históricas como puños.

Pero es que llevamos siete -siete!- años dándole al teclado con más/menos resaca y no nos apecíais el esfuerzo ni ahí os den.

Así que vamos a hinchar este ego grupal y a destacar nuestras entradas favoritas.

Bueno, ya las tenemos. Y nos parece bien concluir que antes escribíamos mejor. Y que la gente comentaba. Y leía blogs. Muerte al Facebook.

ERNESTO:
. De redecillas, Juegos Florales y otras formas de lo mismo (Muy destacada!)
. Elegancia moral
. Lealtad es un grado
Bonus track: Avisaos quedáis


MARNIE:
. Abrázame, tonto (Destacada!)
. Buenos propósitos
. Estáis muertos
Bonus track: Echar un clavo


MARIA:
. Heroínas
. De las tardes
. Con tacto
Bonus track destacado: Do you love me (now that I can dance?)

Grupalmente nos gusta mucho Cientos de pequeños corazones. Está en esta página, nos ahorráis el currazo de hacer un enlace, verdad? Mirad qué hora es para estos tres tistres triguers, tarde, pronto, de cualquier modo, invierno austral.

Venga, leed algo que nos gusta y dejad de joder con Rizo el erizo.

A posteriori: Oh, venga ya! Colgamos un post sobre Lady Gaga que habíamos guardado sólo para ver qué pasaba. Pues ahí está! En el segundo lugar del ranking! Azotadnos...


sábado, 10 de mayo de 2014

NO SOY YO, ESTÚPIDO.

Hay algo sucio detrás de las fotos con personas famosas. Siempre hay algo forzado, algo robado, algo ligeramente molesto.

Por qué no dejamos a esas personas tranquilas?

Me lo pregunto de verdad. Por qué las revistas? Por qué a la gente le interesa tanto la vida privada de su actriz favorita? No debería interesarles cómo actúa? Habéis estado en la web de el Mundo? Parece el Cuore.

Para qué quieres una foto? No sé, a lo mejor soy yo.

No hace tanto, una persona famosa era aquella que destacaba por sus conocimientos, su valor, en fin, sus méritos sobresalientes. Qué valor tenía un reportaje sobre Marie Curie en la playa lleno de Aaaargs! señalando su celulitis? A quién mierda le interesaba el noviómetro de Graham Bell? Era Velázquez fiel a su diseñador de calzones? Muy raro todo.


No sé.

O igual soy yo.

Que me voy a dejar los ahorros.

En intentar que no nos vayamos todos a la mierda.

Y saquemos algo bueno de tanta curiosidad y tiempo libre.


Voy a intentar mover el foco hacia lo que de verdad debería interesarnos.
¿Quién decide lo que REALMENTE interesa?

En este caso yo.

Es mi proyecto.




No me diréis que eso de ahí arriba no parece medio árbol. O una nave espacial. Bueno, como sea. Ahí vamos.