viernes, 30 de abril de 2010

Si tanto te desvelen.



Me ha costado TANTO encontrarla que creí que la había imaginado.
Pero yo sé que esto lo cantaban mis padres en los viajes, es uno de los recuerdos más felices que guardo de ellos. Se pasaban el viaje canturreando Jarcha, Pradera, Mocedades, rojeces de la época. Qué grandes.

Es de Victor Manuel, canción popular asturiana de sus primeros tiempos. Si no eres muy progre puedes abstenerte, lo entiendo porque es una joya rara de cojones.
Pero hoy me he levantado con ella y la canturreo allá donde voy. En clase casi me dejan tocarla a cajón. Por suerte no, porque no tiene una percusión muy allá y hubiera hecho el mediocre.


Ahí va Soledá.



La letra.

Soledá de mi vida
quién te da pena.
Les campanes del alba
que me desvelen.

Soledá.

Si tanto te desvelen,
morena mía,
mandaré que les toquen
a mediodía.

Soledá...


Si algo te desvela, me lo dices.

martes, 27 de abril de 2010

De redecillas, Juegos Florales y otras formas de lo mismo.


En cierta localidad de mi país celebramos un concurso de belleza juvenil de tapadillo. Se trata de elegir al pueblerino y pueblerina más representativos. He dicho celebramos? Celebran. A mí me parece una mierda y una crueldad. Con doce años no sé qué tal te sienta quedar quinta. Es algo así como hay cuatro más guapas que tú. Que sí, que sí, que les hacen preguntas y tienen que ser además de guapos, ciudadanamente sueltos y simpaticones. Pero vamos, que desfilar graciosamente con el traje típico, cuenta. Y para que te quede graciosa una red en la cabeza tienes que estar bastante buena.

Que lo hagan los adultos, pues mira. Mostrarse en bikini, lucir curvatura, o enfermiza ausencia de ella, cepillarse las crines, enseñar la dentadura, paseíto, paseíto, pose. Cada cual con sus movidas. Ya se han adquirido unos hábitos mentales, que te zurzan si no quedas ni quinta, sabías a lo que ibas.
Pero con niños, aish...

Yo siempre he sido feuchilla y del tipo Pantera Rosa. Así que ya desde la escuela me adapté a lo que había y desarrollé diferentes tácticas de abordaje. Cada cuál tiene su público, ya somos adultos. Pero a la juventud que se aferra a la propia belleza como único bastión, que tiene los cojonazos y el ego de apuntarse a un concurso, que se enfundan la redecilla y pasean pisaverdes... Si no ganas te hundes.
- Oiga, que quiero ser un tipo interesante.
- Lo siento, te he visto con la redecilla.
- Pero es que he quedao quinto!
- Tarde.

Y, dándole otra vuelta, quiere el interesante ser guapo? No lo sé. Pero quiere seducir por la misma, exactamente la misma vía que el guapo de concurso. La exhibición.
Se afina el lenguaje, se contonean los conocimientos, te pones un escote de esos hasta los logros académicos. Paseíto, paseíto, latinajo. Concursos literarios, firma de libros, recitales musicales, cortos, exposiciones fotográficas. Es lo mismo. Lucimiento de lo que se tiene.
Así que quedar quinta en el concurso de piano también debe joder cuando tu arte es tu único bastión y bla bla bla.
- Yo quisiera ser guapita.
- Pero tú no has ganado un concurso de poesía?
- Dos.
- Pues te jodes.

Así que si arremeto contra Miss/Mister Bahamas, voy a tener que darle también a los Juegos Florales. Ernesto dice que no, que los concursos de belleza nos convierten en objetos. Ya, muy prosaico. Y los de literatura en objetos intelectuales. "Tiene más valor!" Lo he enviado a la calle a que se dé un paseo y luego me vuelva a decir que se valora más el intelecto que la belleza.
Ambas cosas nos han sido dadas, belleza y mérito intelectual y/o artístico. Que las tienes ambas, bendito sea dios. Que tienes una, sácale brillo. Que ni la una ni la otra? para qué se inventó el deporte, luce medallero que también tiene su público.

Al final, todo se resume en seducir, amiguitos/as. 


lunes, 19 de abril de 2010

Zeneteando bajito


No le estaba haciendo mucho caso a "Una palabra tuya", creo que corría por casa, amontonaba cosas o algo así de estúpido, y de pronto, suavecito, evocador, Entre tu balcón y mi ventana. Pero qué... Investigación, afán y, poco a poco, se desgranaban en los medios Soñar contigo, Un beso de esos. Javier Laguna carga bien las letras y el malagueño les quita drama con ese nosequé de tu barrio. Yo no entiendo nada de música, pero he oído flamenqueos fusionados bastante peor conseguidos. Zenet me gusta.

Si estáis en Barcelona el 24 de Abril, toca en Mundo Caníbal.

Un detallito ahí abajo: Un beso de esos. Siempre me deja buen cuerpo.
Hay una versión del vídeo muy chula de Joan Vallverdú.
Vosotros mismos: http://www.youtube.com/watch?v=-QKyJNmyb-k
Y a vuestra izquierda unos morrillos.
Psh. Me apetecía.
Qué entrada tan saturada me está quedando.
Enlaces, imágenes, hipervínculos, música, video.
No me reconozco.


sábado, 17 de abril de 2010

A veces fue así.

Vivimos tormentas, catástrofes, sismos. Ver el telediario es morir un poco, estirar el cuello es querer temblar. Mala gestión, necesidades comunes, errores propios y ajenos. Como diría Carlos, frío de vivir. Así que, a veces, un poco de poesía. No muy allá, pero para mí suficiente.


Tienes un hueco

entre tu hombro y tu pecho.

Un rincón para el descanso,

un paradero perfecto

para que apoye mi frente

y quede todo resuelto.

Un lugar que tú me prestas,

un escondite secreto

para que me huya todo

cuando acaricias mi pelo.

Tan suave de piel desnuda,

rincón tibio de tu cuerpo

para acomodarme exhausta

y soñar que nos queremos.

sábado, 3 de abril de 2010

Sobre gatos que dan lecciones, frío como medio y temas que sí.



He salido temprano a correr. Es uno de esos riegos antiguos, planito, la ciudad a tus pies, la música a todo lo que da, el aire en tus pulmones que ayer te encargaste de joder bien jodidos y que hoy se preguntan si estás de coña, nena. A esas horas no hay nadie. Puedes sonreír mientras recuerdas que anoche, el concierto, el frío, las tapas, la cerveza, manos en tus manos, la suerte te miró directamente a los ojos. Pero ahora sólo el rítmico pum pum de un avance. Más rápido, más rápido.
Y de pronto una señora mayor colapsando precisamente el paso más estrecho. Camino, respiro, me quito los cascos para darle los buenos días. Me fijo en que pasea a un gato joven. Él camina delante de ella. Se para, la mira.
- Valerio.
Le hace un gesto para que siga.
- Valerio, ¿estás cansado?
El animal sigue en elegante trote, a su lado.
- Buenos días.
- Buenos días.
- ¿Es su gato?
- Sí. Salimos a pasear por las mañanas. A que nos dé el aire.
- ¿Y no se escapa?
- ¿Por qué se iba a escapar?

Estoy tentada de hacerle una caricia, pero de pronto Valerio ha adquirido una dimensión humana y se me antoja indigno toquetearle el lomo y el distinguido cuello.

Porque Valerio, tan joven, tan sabio, es la jodida representación de SÓLO NOS QUEDAMOS CERCA DE QUIEN NOS DEJA IR LEJOS.

Los adelanto, sonrío, Freddie Mercury me grita I'm having such a good time. No te lo creerás, Freddie, yo también. I don't want to stop at all.

Boston

More than a feeling



La oí en una peli. No, en una serie. Y luego L. la tenía en un recopilatorio extraño. Da igual, ya no puedo quitármela de la cabeza.