sábado, 19 de septiembre de 2009

Venecia, ese topicazo de lugar.

Si vais a Venecia no os dejéis engañar. No os hospedéis cerca de la Stazione, del Piazzale Spagna. No recurráis al Lido ni a Mestre. No sucumbáis a los itinerarios. Salid con la lluvia, volved a las tantas, entrad en el hospital y atravesad su claustro, no hay muchas más maneras de encontrar el bar más modesto de Venecia, el mejor splitz servido por alguien que no intentará gentilmente provar su castellano con vosotros, que os atenderá en un veneciano duro y sin demasiadas piedades. Y ya que no sabéis ni cómo habéis ido a parar a esa zona, encontrad a Basso, que tiene una imprenta más antigua que Guttemberg encabida en un cuartucho oscuro, pero que realiza a mano una a una las tarjetas de visita de Hugh Grant.



Mirad detrás de la puerta, hay paquetes que van a Tokio, Washington. Es un hombre amable que te deja sentarte y tocar los sellos antiguos y que te pone a dibujar cuando le agobia tu prisa. Caminad sin mirar los nombres, como si supiérais, comprad prensa, ahogad los suspiros, quedáos de pie en el vaporetto, como si no os importase, como si fuérais ajenos al hecho de estar atravesando la ciudad. La Ciudad. No os voy a decir dónde está el restaurante de techo bajo donde van los banqueros rápido-rápido al mediodía, los he perseguido para saberlo. Y te olvidas de las cartas para turistas, llenas de diferentes versiones de lo mismo, de platos en tu idioma. No, no soy otra estúpida turista intentando no serlo, yo he comprado flores en Fondamenta Nuove y he ido a San Michele, eso me eleva más bien a la categoría de enferma. Pero me pareció la mejor manera. Así que, para todos los que me vieron, fui veneciana durante la espera y el trayecto y la entrada al cementerio, bsera, sera, durante los saludos con los ancianos que me cruzaba y, cuando deposité el ramo, feo, por cierto, fui hasta familiar de alguien. Qué grande debe ser sentir esa sensación durante todo el día sin tener que montar performances.

Siempre me hospedo en el mismo sitio. Es un hotel pequeño, barato, escondido, con un patio con flores. Si tenéis que ir, puedo compartirlo. Lo demás es mío. Venecia es mía.

Por cierto, me dedico a fotografiar puertas. Debe tener un significado.
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sábado, 12 de septiembre de 2009

Wow! looks at Caster now!

Así de despiadada se mostraba la revista YOU cuando mostraba una Caster Semenya, campeona del mundo de los 800m caricaturizada, disfrazada, envilecida. Con un horrendo vestido que pretende ser hipefemenino, uñas pintadas, trenzas deshechas. Imagen de alguien que desde luego no es ella. Wow, YOU, nada que ver, ahoooora sí que es una mujer. Si le pinto las uñas a mi vecino y le cardo el tupé... Wow! looks at Manolo now!

Esta mujer tiene 18 años y ninguna culpa de lo que sucede en su interior, pero hoy el mundo la señala, HERMAFRODITA! TRAMPOSA!
El caso es que una hipersecreción de testosterona le está facilitando la génesis muscular. Trampa!
Está bien, que la despojen del título. A la mierda el record.





Y que el F.C. Barcelona de baloncesto devuelva los títulos que ganó del '95 al '05, a saber: 6 ligas ACB, 2 copas del rey, 1 Euroliga, 1 copa Korac. Que los devuelvan todos. En esa época creo recordar que jugaba Roberto Dueñas, afecto de acromegalia, una anomalía que favorecía una altura poco habitual a través de una hipersecrción de hormona GH.

Ah, que eso no? Ya me parecía...

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Qué les pasa a las mujeres


Ayer me encontraba poco exigente y me fui al cine a ver Qué les pasa a los hombres. En el original "He’s just not that into you", que viene a ser él no está por ti, a él no le interesas o una cosa así de prometedora.

Los actores están bien, Ben Affleck, Jennifer Connelly, Drew Barrymore, Scarlett Johansson, hasta Jennifer Aniston hace una sorprendente parodia de si misma con un "I'm fine" a todo plano al más puro estilo Show de Katy Brand. Pero la idea está mal.

De qué trata. Es una especie de guía para cazar hombres, leif motif de todas las mujeres de la cinta. De cómo aprender a distinguir a los que te quieren para una sola noche - oh, no!- de los buenos, aquellos a los que podrás presionar durante años hasta que se casen contigo. Una línea en la que salimos muy mal paradas las mujeres de este mundo, siendo caricaturizadas como rapaces en búsqueda del único final digno, el matrimonio.

Me quedé a ver los créditos porque estaba segura de que semejante bazofia machista la tenía que haber escrito un tío. Pues no. Bueno, a medias, tanto los autores del libro como los guionistas, eran hombre y mujer. Me pregunto qué hacían las mujeres de esos tandems. La pregunta no es qué les pasa a los hombres, es qué les pasa a las mujeres que estaban ahí, por qué no pararon esto, por qué se dejaron ridiculizar así.

Una de las parejas (si vas a ir a verla deja de leer AQUÍ) tiene un rebote porque ella se quiere casar y él no. Qué raro, amiguitos/as. Él se lo explica de forma muy serena y convincente, verdad que tú y tu mejor amiga os queréis para siempre? Sí ¿y verdad que no necesitáis ir al ayuntamiento a ratificarlo mediante un contrato? No.
Bueno, pues no, ella erre que erre hasta que si no te casas conmigo te dejo.
Lo que sucede después es que ella se da cuenta de que, la frase era algo así: Sin estar casado conmigo, eres mejor marido de lo que jamás lo serán los maridos de mis hermanas (convincente si has visto el estereotipo de barrigón cervecero viendo el futbol que te presentan). Total, que piensas biennnnn, una normal! Enésima decepción, él le deja una caja con anillo en los pantalones. Ella acepta.

Moraleja: si eres buena nena y no te haces pesada, acabará llegando un hombre que culminará tu existencia en este planeta: se casará contigo.

El resto no existe. O eres una pobre infeliz que vas de progre (como el personaje de la Aniston) pero anhelas tan feliz día.

Desde mi humilde tribuna me cago en la moral americana, en el matrimonio como culminación a una vida, en los guionistas, el autor, pero sobretodo en la autora, en la cara que pone el Affleck cuando le entrega el anillo, en la pasta que se han gastado en esos actorazos, en que ellos firmasen para perpetrar semejante bochorno, en las tartas nupciales, en el hazle sufrir, en el espera que te llame y en mi decisión de dejarme seis euros en esta bazofia. Más palomitas.



Lo peor: el concepto de que la mujer sólo está completa cuando está casada. A las otras da vergüenza mirarlas. Los gays tampoco quedan muy bien parados.

Lo mejor: buenos actores en malos papeles. Las palomitas no estaban especialmente saladas.
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