lunes, 1 de febrero de 2010

Así se vienen los días.


Y nevó tanto que no pude hacer nada.
No hubo sol sobre mis recuerdos. Pero aquella nevada, alarmante, inesperada, ruidosa, me recordó a otras y me dejó exhausta en el rincón que escogí para alejarme. Rodeado de ventanas y almohadones, estufa, leña, silencio de pueblo perdido. Ni siquiera hubo Jäger hasta el segundo día.
Pero el chispazo llegó, previsible como en mis temores.

Y vuelvo con varias determinaciones nuevas. Y asombrosamente potentes para alguien tan laissez-faire, debo añadir.

Tengo que entregar nuevo material. Y la fecha es Abril. No es disculpable, no es interrumpible, Abril y punto.
He colgado listas en la pared con lo que tengo y lo que no, material por rehacer, palabras que llevarán a historias, con un horario esclavo y espartano que se ríe de la inspiración y pretende tenerme en estado de alpha desde que salga el sol.

He abandonado planes de vida perfectos porque escribir no tenía cabida en ellos. Y si supiera que estrellando mi cabeza contra la pared se iba a acabar este tormento, juro que lo haría. Lang Lang quiso cortarse las manos para no poder tocar más. Salvando las distancias, lo entiendo perfectamente. ¡No se puede soportar!
Se vienen días de trueno.

Pero Lang Lang siguió tocando, no me queda otra.
Que no parezca derrotista. (Y aquí EDITO. El blog es mío, qué le vamos a hacer).
Sí, que lo parezca. Tanto si lo haces como si no, tiene sabor a derrota. Y a veces dan ganas de gritar. Cosas tipo mierda o quédate. Pero si yo fuera también huía.


No sé si se entiende. Por qué es una mierda. Porque no te queda otra que trabajar con lo que tienes, con lo que has visto, con lo que has conseguido y lo que te ha sido negado, regalarte con los días de sol aquellos, sacar el polvo a matices que te hacen reir, a sonrisas que mejor era si no volvían, meter la cabeza en el baúl de tus horrores privados y rescatar aquella sensación que quisieras muerta, aquel olvido, bofetones de la vida, sensaciones que no, el dolor reciente y convenientemente oculto, el amor, el desamor. A rebozarte. Y luego cómete la vuelta, que para escribir un parágrafo de mierda te has hecho un arañazo en el alma de palmo y mitad. Profundidad, no longitud.

"Qué bonito es escribir, para mí es como una terapia" ¡Mis cojones! Terapia es lo que necesitas después.

Bueno, que alguien me vaya averiguando lo de la cabeza y el muro, pues.


En mi próxima vida abandono la idea de ser Beatrice para ser una feliz ameba, cómo era la canción, with no alarms and no surprises, please. Perfecta.


Un colega me ha pasado estas consignas que debo pegar a modo de mantras debajo de mi horario:

. si escribes de noche, la mañana se jode. Cumple el horario.
. si no te mola, te jodes. Ya te molará.
. Y si no, te jodes igual. Es un curro.

Qué días se me vienen, amiguitos...

4 comentarios:

vaderetrocordero dijo...

¿Cómo es posible que este blog tenga tan pocas visitas y comentarios con esta longevidad y calidad? ¡Es inaudito! Peor aún, ¡es una injusticia!

Maria dijo...

Pues porque es sólo -aquí voy a ponerme en MODO Reverte ON, qué le vamos a hacer, es mi blog- la piel del tambor roto y parcheado donde resuenan los canturreos bajitos de una tarada.

Tarada que se siente flotar con los halagos de semejante pluma, debo añadir.

Esto es un estudio apañao y cutril comparado con tu mansión. Pero qué cojones, estás en tu casa.

Tengo Jäger fresquito.

vaderetrocordero dijo...

No gracias, que me da miedo! Yo tengo una botella de Night Train de adorno (o por si se acaba el mundo), que es aún más bestia si cabe. También he escrito algo sobre este brebaje en nuestro otro blog:

http://100apocalypso.blogspot.com/2008/10/infierno-en-botella-i-night-train.html

Maria dijo...

Night Train! Tengo que conseguirlo.

Creo que voy a inaugurar un blog paraleloide a este. Se me ocurre Banco de pruebas. Y a zoscarme estos brebajes y otros neurolépticos afines. O mezclarlos. O superponerlos. O...

En este me estoy cortando de un montón de cosas porque se sabe quién soy.

Qué gran proyecto, señor mío.

Voy a pasear por Apocalypso, debe haber material afín...