Así que quisiera es mentira. Si fuera tú quisiera. Seguramente tú quieres. Despertar en paz, la envidia de todos, dejar el corazón en automático.
Erres, pues. Desangre, herrumbre. Zarpazo, locura, dentellada, hachazo... ¡ira!
Esto es muy solitario. Escribir es muy solitario. Viciosamente placentero, pero muy alejado de todo. Tenéis que entender que a veces me desquicie. Dice Lola que sólo mi mediocridad me salvará de enloquecer. Tengo que acordarme de ser siempre mediocre. No creo que me vaya a tener que esforzar, por otro lado.
Pero si me sentáis en una cafetería con un tecito y un paquete de tabaco, no se me nota nada. La mediocridad, sí, digo el braceo en espiral. Meándome de nuevo en el qué pena me doy por tener que escribir, sólo apunto que esto, al menos vivido así, no mola nada.
Me voy a ir unos días. Cuando vuelva, descolgaré esta entrada y seguro que algo mejor cae. Salud y protección solar. Y ni se os ocurra escribir.
Entonces es un loco de cojones, Juan Pablo.
3 comentarios:
Esto se resume en una máxima latina que, en realidad, yo ya he echo mía: 'Si actio non contemplatio'. O escribes o vives. Pero ambos momentos son necesarios el alguna ocasión. Nos volveríamos locos si sólo hiciéramos una de las dos toda la vida.
Si actio non contemplatio. Excelente.
Ayer, por si acaso, me metí una contemplatio que me va a durar la resaca hasta navidad.
Y, poniendo cada cosa en su lugar y dándole el valor que le corresponde, otro grande:
"Si ahora pudiese estar mirando tus ojos/ iba a estar escribiendo aquí esta canción..."
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