miércoles, 24 de marzo de 2010

100 canturreos

Parece mentira lo que da de si el aburrimiento, esta es la entrada número 100 en la historia del blog. Felicidades! Así que vamos a celebrarlo a lo Lucía Etxebarría (no! con sexo no! con autoplagio) rescatando una de las entradas que mejor acogida recibió en su día.
Con todos/as ustedes:

Heroínas

Creo que si soy muy buena me dejarán reencarnarme en lo que quiera. Y yo voy a elegir un personaje de novela, a ver si cuela. Os voy a mostrar a las candidatas.


Catherine Earnshaw. Cumbres Borrascosas.
Vive su infancia en una granja, es muy mona y consentida y gamberra. Se junta con Heathcliff, un niño sucio que han adoptado, y ahí comienza su historia de ni contigo ni sin ti, ni como ni te dejo comer. En edad temprana, conoce las bondades del pijerío local, y de zarrapastrosa contenta pasa a almidonada contenta. Pero su amigo/amor Heathcliff se enfada porque ya no pueden retozar por los barrizales y se va. Ella se casa con el pijo. Que es el deseable pero no el deseado. Con lo cual su vida es un contínuo qué cojones he hecho y acaba consumida por su error.
A favor: en realidad no sufre mucho porque muere pronto. El retoce por la granja a mí me gusta. Tiene el amor de los dos hombres, qué más quiere.
En contra: es un poco neurohistérica de bofetón. Un remilgado rubio de bucles se empeña en adorarla, cuando elle quisiera estar en brazos del morenazo romaní. Luego tiene que ejercer de fantasma en la granja.Esos errores salen muy caros, nena.

Beatrice. Mucho ruido y pocas nueces.
Esta es una jovenzuela que vive con su tío y su prima estupendamente en la Toscana. Tiene inquietudes culturales, por lo cual no se come un rosco. Hasta que conoce a Benedick of Padua, amigo personal del rey y soldado de profesión que, no obstante, también es ingenioso. Entonces entran en una larga batalla dialéctica a ver quién detesta más a quién y de forma más aguda. Al final resulta que están enamorados, obviamente.
A favor: un palacete en la Toscana con viñedos, capilla propia, bailes de Carnaval, y todo sin que se la vea dar palo al agua en toda la obra. Fenomenal. En la versión cinematográfica eligen a mi pelirrojo preferido para el papel de Benedick, Kenneth Brannagh... aish...
En contra: no sé si aguantaría estar toda la eternidad hablando en verso.

Elizabeth Bennet. Orgullo y prejuicio.
Es la segunda de las Bennet, acomodada muchacha con bastante más talento que sus hermanas que, casualmente, se enamora de un chico guapo, rico y arrogante que la hace sufrir y que no dice mucho en favor de sus luces. Pero después de pasar el perreo unos capítulos, todo se arregla y él es digno de canonizar. A esta chica no se le conoce más profesión que pasear y leer y yo no recuerdo ni que echara migas a los pollos. También viaja a ver a sus amigas, a su familia y asiste a bailes. Tiene un alto sentido del honor y es orgullosa. Aunque en el título ella representa el prejuicio.
A favor: esa vida ociosa de la clase media de la época, esas cintas en los vestidos, ese viajar en calesa. Al final disfruta de la porción que a esposa corresponde de fenomenal caserío con museo de pinturas propio y guaperas de bracito.
En contra: yo creo que en esa época se pasaba frío. Y no sé cómo de satisfactorias eran sus relaciones conyugales, todos tan distinguidos y formales, no lo veo yo claro...

Si os dieran a elegir, en qué personaje os reencarnaríais, así, por decir uno.

Yo creo que me voy a quedar con Beatrice, maja chica, inteligente, bien posicionada, pelirrojo al lado. Sí, creo que Beatrice. Así que cuando me muera no montéis shows, que estaré comiendo uvas y recitando versos en la Toscana.

10 comentarios:

Ana Delgado dijo...

te sigo
buen trabajo

Anónimo dijo...

Excelente, felicidades por 100 buenos ratos que nos hiciste pasar!!!!

PluM dijo...

En estos días..... bla bla bla.... Felicidades Maria, aunque últimamente no entraba mucho (vamos nada) pero bueno soy seguidor de tu blog desde el principio, y leyendo este post veo que no ha cambiado de linea. Felicidades, procurare entrar más.

En cuanto a que heroína me gustaría ser, pues no esta en ese libro, digamos que mi heroína comienza su historia en un palacio, un príncipe que se tocaba mientras miraba el telediario, en palacio todos estaban escandalizados..... Al final nuestra heroína se caso con el príncipe, fueron felices, comieron lombrices, por que por lo delgada que esta, poca más carne creo que coma, y poco más que contarte....

Maria dijo...

Ana, muchas gracias! pedazo de estética tu blog. Te sigo.

A1. Qué rollazo me da esto, muchas gracias por leer. Un abrazo grande!

Maria dijo...

Plu! Del ND de Canturreando! el otro día hablábamos de ti por aquí, qué bueno verte de nuevo, guapo.

Pero te informo que tenemos un blog paralelo (y secreto) para cuando te apetece escribir zoscao. Que igual te apetece mucho ser la princesa que come lombrices, pero vamos, que yo creo que vas pedo.

Welcome home!

(qué bonito, cómo vuelven los amigos... aish...)

vaderetrocordero dijo...

Dices que estas chicas no pegaban palo al agua. Pero claro, es que lo de que las mujeres trabajéis es un invento de hace muy poco! Te parece baladí parir a los hijos del marques de turno y ser la perfecta anfitriona en el baile de la embajada? No sé yo...

Maria dijo...

Es que es para toda la eternidad, Sr. Cordero, tengo que asegurarme de que la elegida no ponga pie en el suelo hasta las 10 o las 11. Que hay que parir y anfitrionar? se hace. Pero madrugones, no, eh? que tengo una bajísima tolerancia. Hoy me han puesto en pie a las 9 y aún no sé dónde estoy...
En qué personaje se reencarna Usted?

Anónimo dijo...

En pie a las 9. Mala vida, ¿no? No hay duda, yo me reencarno en ti...

arael dijo...

ZORiONAK!!

Mejor que hablar con la pared..escríbenos aquí :)

Creo que es el único sitio donde Plum no hace honor a su rango de desvirtuador. (y esto lo digo hablando bajito por si acaso)

Maria dijo...

Anònimo 2, espero que a parte de levantarte tarde te guste currar 24h seguiditas -ayer, un infierno- y quedarte colgao/á los dias libres porque el resto del mundo trabaja. Porque si no, lo vas a pasar mal siendo yo. (Y ya te pasaré una lista con lo que debiste hacer y no y con quién, eso te va a facilitar mucho la vida).
Un abrazo grande!

Mila esker, Maidertxu mía!
Dice Rojas que para ser feliz hay que cultivar la resilencia. Que se hace, básicamente, hablando hasta con la pared. No descartemos a los interlocutores tímidos: paredes, espejos, Ernestos...
Pruebe, pruebe, ya verá qué resilente.