lunes, 13 de diciembre de 2010

Estoy en ello.


Los y las habituales, que ahí a la derecha dice que son ocho personas -y entre las cuales se ha colocado Ernesto para rellenar-, ya sabréis los afectos que despiertan en mí las festividades religiosas. Escasos. Alguna incluso me jode. Como la Purísima Concepción de María. Que el pasado fin de semana, con su bonito puente, convirtió mi pequeño reducto en un jodido caos. Estuve allí para verlo? No. Luego os diré dónde estaba, buscando algo para vosotros/as. Y que además es una mentira histórica, una patraña inmoral, una falacia que ha convertido la virginidad en la mujer en algo positivo. Positivo! Y que además es que ya no se lo cree nadie, si lo dicen hasta los catedráticos de teología (ver el "Jesús" de Pagola), que Jesús tenía hermanos y hermanas mayores, en qué sentido su concepción fue inmaculada?! Un polvo de los de toda la vida, hombre! Que José y María estaban hartos de... Qué anunciación ni qué hostias? Que su familia lo tomó por un pobre loco cuando se fue a predicar. Que sus padres pasaban apuro cuando les preguntaban por él.
- Qué, dónde anda Jeixua?
- No, por ahí. Bueno, adiós.
- En el desierto, no? Me han dicho que lo han visto con su novia abrazando leprosos.
- Bueno, ya sabes cómo son estos chicos... Voy con un poco de prisa, que tengo que barnizar una mesa.
- Arreglao es lo que vas, José. Y si te profetizo en qué cornudo y segundón papel te va a dejar la historia te bebes el barniz, nene.

Y luego tenemos que tragarnos el belencito, los reyes magos, el ángel anunciador y la inmaculada concepción de la criatura. Que hasta que no conoció a Juan Bautista, y ya tenía sus buenos 20 añazos, no sabía que quería ser hijo de dios.

Total. Que servidora cumple con sus cositas.
1. denunciar la mentira histórica
2. una vez denunciada, enfadarse un poco
3. que se le pase
4. anunciaros que aún no he encontrado vuestro regalo de navidad

Sí. Aquí hay un regalo anual y es en navidad. Es el día de los regalos, qué le vamos a hacer. Si os veja mucho, lo cambio y ya está. Dejémoslo en que es una tradición, que estoy de mudanza.
Pues fui a buscarlo al mercado navideño de Ginebra. Casualmente Ginebra es muy grande, así que no lo encontramos. Y de pronto, sin saber cómo, estábamos sentados ante una fondue. Y ya no pudimos seguir buscando.

Tanto rollo para decir que aún no sé qué regalaos este año.

Ah, bueno, que en el próximo puente de la purísima -enfin- que si os quisiérais ir a Ginebra. Que es muy, muy bonito. Y ya formáis allí vuestras colas. Y l'Haute Savoie, bffff, magnífico lugar para ir unos detrás de otros pitando y bloqueando la vida de los lugareños de bien, inmejorable, os va a encantar. Hale pues, a pensarlo con tiempo. Besitos. Yo voy dándole a lo del regalo.


3 comentarios:

arael dijo...

Un truco: puedes regalar los barquillos que tanto te gustan.
El mejor regalo para tí sabemos que es..un jamón ;)

Muxutxus

Maria dijo...

Tú sí que sabes, Maidertxu. Aupa el jamón navideño!!!

Maria dijo...

Nueve! nueve seguidores! esto va viento en popa...