viernes, 16 de marzo de 2012

Aquí tienes las llaves. Yo me voy a dormir.

Qué pasará en el cerebro cuando no miramos? Cuando el Ego y el Superego están apagaditos y el Id cabalga a sus anchas y organiza macrofestivales con nuestras más profundas pulsiones? Soñamos miedos o deseos en voluptuosa performance, nos revolcamos sin miramientos en lo inmoral, ardemos, huimos, besamos, invita a los que quisiéramos agazapados, nos cita generosamente con nuestro objeto del deseo, nos inventa persecuciones, arriesga nuestra vida. (Os habéis dado cuenta de que no se puede morir en sueños? Intentadlo. No se puede, así te den quince puñaladas.) Tenemos un director a veces comercial, tiroteo y luces, a veces alternativo, intimista y lento de plano.
Soñar es confiarle, noche tras noche, la llave del baúl de los secretos a un loco. Darle todas tus contraseñas vitales a un hacker degenerado. Poner todas tus fotos en manos de... Se ha entendido, no?
Qué significarán los sueños? Creo que nada. Un coctel aleatorio de miedos y deseos y paisajes que ya estaban en ti. Significa que por unas horas has matado al moralista y al negociador bienintencionado y tu parte más antisistema de se peina para salir.

Hoy me he despertado de forma autónoma a las 2:35, lejos de la mala hostia que me provocaría en condiciones standard, estaba contenta. 3:50, contenta. 5:05, contenta. 6:55, he apagado el despertador para no desvelar a mis compañeros -trabajo, no poligamia- y me he quedado flotando en un estado de bienestar y buenrrolleo hasta que me he puesto en pie. Mientras se calentaba el agua daba palmitas a ninguna canción en particular, o más bien a una que sonaba dentro. Qué extraño es todo.

Qué me ha liado el Id para mantenerme ocho horas como unas castañuelas? a quién ha invitado? tengo una ligera idea, pero no sabría... Me da igual no acordarme, porque ya están aquí el Ego y el Superego acechando. "Eso no, Maria" "Te vas a estrellar""Cómo hay que decirte las cosas". Que os den por culo, a ver si se os acaba la batería de una vez y vivo el fantástico LSD onírico un ratito más.

Soñar me flipa, amiguitos/as. Soy así de distraible.

Bonus track:
Ya que estoy por aquí, os diré que ayer me leí La mecánica del corazón. Se ha puesto muy de moda. Muy tiernecito y achuchable las tres cuartas partes. Debéis parar ahí e inventaros un final. Debí hacerlo. Y no quedarme con estas ganas de reunir a Mathias Malzieu, Ruiz Zafón y el Auster y preguntarles qué placer hayan en asesinar los finales. Sus narraciones son la suave mano que te conduce a la horca.
Pero si queréis echarle un ojo, Malzieu no es tan conscientemente perverso como sus colegas historicidas.
Puntuación canturreante: Como para comprárselo no, pero si cae en vuestras manos, se deja.

Una entrada rara. Creo que tengo el cerebro agotao de la feria de esta noche. Voy a ver si me dejan volver a entrar, a lo mejor si duermo con peineta... Si estáis por mi cerebro, estáis invitados. Rebuhíto para todos!





2 comentarios:

Andre dijo...

la única putada del sueño es su dificultad para recordarlo. En el mejor de los casos, un pequeño guiño de tu cuerpo te aproxima a una idea aproximada, pero no real, de lo que soñaste...
Yo por si acaso, hace años que duermo con una libreta al lado; por si me desvelo y justo esos instantes cuánticos el recuerdo pasajero aún no me abandonó...

Maria dijo...

Sí, sí, he hecho lo de la libretita yo también. Pero no te pasa que no entiendes nada? Lo lees a las tres de la tarde y ni entiendes de qué iba el sueño ni le ves la trascendencia. A mí me pasa. Tal cual pongo un pie en el suelo se acabó la magia...