sábado, 17 de abril de 2010

A veces fue así.

Vivimos tormentas, catástrofes, sismos. Ver el telediario es morir un poco, estirar el cuello es querer temblar. Mala gestión, necesidades comunes, errores propios y ajenos. Como diría Carlos, frío de vivir. Así que, a veces, un poco de poesía. No muy allá, pero para mí suficiente.


Tienes un hueco

entre tu hombro y tu pecho.

Un rincón para el descanso,

un paradero perfecto

para que apoye mi frente

y quede todo resuelto.

Un lugar que tú me prestas,

un escondite secreto

para que me huya todo

cuando acaricias mi pelo.

Tan suave de piel desnuda,

rincón tibio de tu cuerpo

para acomodarme exhausta

y soñar que nos queremos.

5 comentarios:

Edu dijo...

En dos palabras:

Que bueno!

Maria dijo...

Jajajaja! Sí? Te ha gustado? Encoratjador. Porque esto es el tipo de cosas que me dice mi agente que me meta por el...
Si la poesía no vende, hay que regalarla. Qué coño.

Un A. A. Edu. Muchas gracias.

arael dijo...

Oso polita...me la voy a guardar.

Maria dijo...

Te la puedes hasta quedar. Su dueño legítimo no creo que la reclame porque no sabe que es suya.

Gracias, guapa.

Maria dijo...

Coño! había un error, cómo no os habéis dado cuenta? Mejor, mejor... Editado. Ahora sí. Vuestra.