Los crismas de mi editora marcan el principio de la navidad. Pero como me los envía a la dirección donde ahora vive mi hermano, pues bueno..., a fecha de hoy doy por inagurado el tema navideño! (cabe decir que siempre son emocionantes las felicitaciones de esta mujer, este año me la ha enviado en papel, tú, un crismas tradicional con dibujo y texto, qué grande)
COHONE, y también es el cumpleaños de Canturreando!!!
Felicidades, hijito.
Es notable que las pasadas navidades estaba más animada y jaranera. Es posible que sea porque con la sensación grupal de que nuestros ahorros los vamos a necesitar para sobrevivir a la III guerra mundial, sólo haya recibido un regalo. Llamadme superficial, pero después de no creer en dios, rebotarme con su iglesia por activa y por pasiva, reirme de lo de los calcetines colgando... qué le queda a mi navidad?! Los regalos. Punto. Uno, he recibido. Bueno, son dos. No, mentira, la madre de mi mejor amiga me regaló unos renos que iban dentro de unos tuppers. Entonces seis! Y si contamos el calendario de publicidad de mi hermana, siete. Ah, y una sobrina me recortó un cangrejo en uno de los números del gordo que no había tocado, ocho. Y un señor quedó muy contento con nuestra atención y volvió con una bolsa de naranjas y salimos a una por persona, nueve. Ah! sin olvidar la taza de Unicef de la empresa, que este año no ha puesto ni barquillos ni galletas ni un miserable bombón.
Entonces tenemos: dos regalos del familiar invisible, dos renos, dos tuppers, un calendario, un cangrejo, una naranja y una taza.
Me estoy resistiendo a ponerle nombre a esto, pero... Parece la lista de Annie la huerfanita...
Y finalmente y para acabar de joderme el ambiente -tatacháaaan!!!- trabajo el 31 y no voy a poder salir de fiesta con mi servilleta identificativa!
Así que, amiguitos/as, que pase ya la navidad, que pase enero y febrero y hasta marzo, que llegue el buen tiempo, que nos olvidemos de esta penuria y empecemos con las fiestas de los pueblos, los baños en la piscina, los viajes largos, las revisiones a la baja, las sandalias y los helados y el olor a coco del protector solar, sí, a la mierda la navidad, a la mierda el invierno y que deje ya de nevar que me siento atrapada en Resplandor!
Me siento bastante como este pavo cortesía de Ragnor...

Me encanta.