domingo, 2 de marzo de 2014

Aquí, perdiendo el tiempo.

Sin entrar mucho en detalles os diré que llego a casa a las 10 de la mañana, salí ayer a las 7:30 am, lo que nos arroja la bonita cifra de unas 28 horas sin dormir. Por motivos laborales, no soy Marnie en una de sus apoteosis jägerianas. En estos momentos, al menos.
Me llama una amiga.
- ¿Qué vas a hacer hoy?
- Em. Nada. Sofá, libro, peli, siesta, ya sabes.
- ¡Pero tía! ¿Tú has visto qué día y qué nieve? Vamos a esquiar, muévete.
- No puedo pensar, hacerme un té está resultando harto complejo, imagínate esquiar. Si quieres mañ...
- ¡Vale! Te vas a quedar en casa perdiendo el tiempo, no?

A ver. Ansios@s de mierda, fanátic@s de la acción física, mamones y mamonas tocapelotas que creéis que el tiempo sólo puntúa si lo llenáis de espacios abiertos: Que os jodan!
No cabe en la cabeza de la gente que se puede encontrar un enorme placer estando en el sofá con tu libro, tu gato, tu mantita. O merodeando por casa, joder, pago por esta casa, tendré que aprovecharla! Da igual si he dormido o no, hay días que me apetece el recogimiento.
- Qué vas a hacer hoy?
- Ni una mierda.
Me refiero a ni una mierda dentro de sus estándares. Y no es tiempo perdido, son momentos ganados para escribir, para sentarme en la terraza y redecorar la casa con la mente, para pensar en gente que me gusta, para canturrear bajito por los pasillos y hasta para aporrear el cajón flamenco decididamente mal. A veces tengo que estudiar, a veces me apetece silbar éxitos de los ochenta, yo qué sé.
Me cago en el concepto “quedarse en casa sin hacer nada”. Yo hago un montón de cosas!

La naturaleza está ahí, en la puerta. Entiendo que si trabajáis de lunes a viernes en una ciudad, el fin de semana os parezca algo muy loco y queráis petarla, pero la realidad laboral de algunas personas es otra. Dejadnos en paz. Id a sacudir monjes tibetanos con vuestros gritos perversos.
- ¡Eh, monjes! Levantad el culo, lleváis to’l puto día sentaos, vamos a hacer algo divertido, no?

Yo viajo. Un montón. Pero parece ser que hasta eso hago mal.
- ¿Has estado en París?
- De ahí vengo. (No, no es un juego de palabras, no estoy para brillanteces, me perdonáis)
- ¡¿Has subido a la Tour Eiffel?!
- Ni me he acercau.
- ¡Pero coño!
Pues así siempre. Parece ser que hay un estricto código de diversión aprobado por la OMS y que yo desconozco. Porque callejear por les quartiers empapándote de ciudad se considera una pérdida de tiempo.

Yo hago deporte. Un mont... Bastante. Algo. Depende de la escala. Pero eso tampoco lo hago bien.
- Han acabado las obras del refugio de X, ¿vamos?
- Estuve ayer. Muy bonito.
- ¡Anda que avisas!
- Trabajabas.
- ¡Anda que avisas!
- Pero si tú...
- ¡Podrías avisar!
- Cuidado, vamos a entrar en un bucle del que sólo se sale a hostias.

Ir sola a los sitios tampoco entra en los planes estandarizados de la OMS.

- ¿Has hecho el Camino de Santiago?
- Hace unos años.
- ¿Con los del club?
- Sola, nadie tenía esas fechas libr...
- ¡¿Sola?! ¿Y con quién hablabas?
- No, en realidad el primer día ya me hice un grupo y siempr..
- ¡¿Sola?!
- No, te decía que conocí a unos vascos y una madrileña y una familia de Brasil y un coreano, éramos ocho y lo pasamos genial y seguimos todos en contac...
- ¿Pero dices sin los del club?
- Te voy a contar algo sobre cierto bucle.

No os hagáis una mala imagen. Tengo un huevo de amig@s que me conocen, me toleran y me quieren como soy. A veces son de fuera, voy a sus casas, me entregan unas llaves y jamás me dicen qué hay que ver en esa ciudad. Los quiero por eso. Y mis amigas de toda la puta vida a las que jamás se les ocurriría llamarme después de un día como el de ayer aunque haga un día como el de hoy.

¡Pero siempre hay tocapelotas frenétic@s de actividad que venga, venga, mueve el culo, sal y haz algo, qué haces en casa, planchar?, te paso a buscar en diez minutos y vamos a...

Estoy agotada... Buenas noches.

NUNCA EL TIEMPO ES PERDIDO
Manolo García
Temazo

Por cierto ¿alguien lee estas cosas? O estoy aquí jodida de sueño perdiendo el tiempo?

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